No fue lo mismo, claro. Morgan lo Hizo, sin el "Flaco" Tempo, nunca lo será. Pero lo hicimos. Sin él. Cacheteados, con dolor, con los mejores recuerdos, sin preparar nuestras palabras... como pudimos. Y estuvimos todos juntos, lo más importante. Las personas reales, con sus nombres artísticos, y con el "Flaco" en la cabeza. Hernán F., Sergio L., Miguel O., Germán T., Matías R., Martín D.R., Romina S, y también Clarita U., una incondicional. Y Eugenia C., siempre con nosotros. Todos juntos.
De alguna manera, gracias a Boca, el campeón femenino, sus jugadoras y su cuerpo técnico, pudimos mantener el espíritu de la fiesta “morganera”, un par de horas de amor por el vóley y de amor por estar juntos. Y decimos “gracias a” porque, ni bien Boca festejó un título merecido y esperado, Eduardo Allona, el entrenador, nos preguntó a nosotros si queríamos que vinieran. Y como estábamos juntos, pensamos que era una buena oportunidad para sostener a Morgan (una invención de Víctor T.), incluso en su dolor.
Saludamos al Flaco, “uno de nosotros”, como pudimos. Saludamos a nuestra María Eugenia C., que desde su dolor compartió el nuestro, después de una semana injusta por donde se la mire. Porque también nuestra Romina S. tuvo que administrar tristeza propia.
Casi sin quererlo ni pensarlo, lo pasamos bien, quizás abrazados por ese espíritu de Morgan que justifica su existencia a pesar del esfuerzo, las horas, las dificultades, las ausencias. Y lo pasamos bien gracias a Boca, que quiso estar con nosotros. A “Tuco” Allona, ya un amigo, a José Benini, su asistente, a María Eugenia Requi, a Mariángeles “Chuchu” Cossar, a Victoria Zabala y a Sabrina Seguí.
Cuando pasaron las dos horas nos dimos cuenta de que Morgan no había hablado de las semifinales de la Liga masculina más peleada de los últimos años. Algo así es Morgan, una locura “on road” que se va haciendo al andar mientras los criterios de “normalidad” quedan anestesiados por un rato. Morgan lo hizo, otra vez.
Y fue la vez 133, la primera sin el “Flaco” Víctor Tempo, el alma de esta aventura radial, la mejor risa del mundo y una buena parte de nuestra locura. Chau “Flaco”, te vamos a extrañar, eso está claro. Pero qué mejor que recordarte semana a semana en el lugar que nos inventaste para estar todos juntos.
Gracias a todos, todos, los que saludaron, abrazaron, lloraron, sintieron, lo que fuera, junto a nosotros. Son muchos. No podían ser menos.
Lunes 11 de abril de 2011
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